El despacho no estaba nada mal. Color gris ( un poco apagado para mi gusto), con una mesa de metal rectangular bastante amplia, un archivador con 4 cajones al fondo a la derecha, y un perchero. La pared del fondo tenía un amplio ventanal desde la que se veía un pequeño parque, un centro comercial y una plaza. “ Mejor de lo que esperaba” pensé. Encima de la mesa tenía un ordenador de sobremesa, con pantalla plana, un teléfono y unos clasificadores. Habían tenido la delicadeza de imprimirle unas tarjetas y dejarlas en la mesa. El interior era amplio; a la derecha había una pequeña mesa y tres sillas a modo de sala de reuniones.

Encendí el ordenador, intentando no parecer totalmente ocioso a cualquiera que entrara por la puerta. Inesperadamente, en la pantalla apareció una ventana donde se me pedía una clave. “Vaya esto no lo esperaba”; no me sería muy difícil romper esa pequeña protección pero si lo hacía parecería que alardeaba y lo peor de todo es que a lo mejor no les gustaba, por lo que lo dejé tal y como estaba.

Pasados escasos diez minutos, llegó un chico de unos 23 años, que resultaba ser Roger; Era el chico de los recados y el encargado de llevar material o el correo a cada departamento.
- ¿Sr. Nowland?- Dijo tímidamente.
- Debes de ser Roger. Te estaba esperando.
- Aquí tiene algunos informes sobre los proyectos que estamos llevando a cabo, así como un organigrama del departamento.

Después de dejarme tres o cuatro carpetas de información Roger se despidió indicándome que, si necesitaba alguna cosa, llamara a su extensión y lo pidiera.
Me explicó que el procedimiento correcto era rellenar un formulario con petición de información que lo tendría que pasar por vía e-mail. Cuando él los recibía en aproximadamente una hora contestaba también por e-mail con la disponibilidad de esa información o material. Todo muy estandarizado.

Tomé una de las carpetas al azar. De todas formas, aunque ninguno de estos proyectos era de mi incumbencia no estaba de mas tener alguna ligera idea de que se estaba desarrollando en el departamento. Toda la información era muy general: “Proyecto SID: Implementación datos”, “ Proyecto Neo: Chip Neuronal”, etc. De entre todos ellos me llamó la atención el Proyecto Neo. Tenía conocimientos y era de dominio público que una vez alcanzado el techo en los chips de silicio, se estaban buscando alternativas como la recreación de chips mediante nanotecnología o mediante redes neuronales. Cualquiera de esas ideas se podían consultar en revistas científicas y no eran ningún secreto. Si acaso se preguntaba como una empresa tan pequeña era capaz de llevar a cabo un proyecto así. El otro proyecto que parecía interesante era “ Ruptura códigos encriptación”; la encriptación era uno de mis hobbies, así que le eché un vistazo mas profundo. En la idea general del proyecto estaba el de crear un tipo de encriptación que fuera una variante de los utilizados hasta ahora, como el DES o BLOWFISH. En cualquier caso el intentar encontrarla era difícil por no decir imposible. Además, la comercialización de un código de encriptación era algo complicado, ya que una empresa que tenga que transmitir datos especialmente delicados no iba a confiar en un código de origen privado y que podía ser quebrado por algún empleado que lo conociera. Era esa la razón por la que se utilizaba una encriptación estandarizada. “ De todas formas dudo que la información que sea de gran importancia use conductos como Internet ”.