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6.5.05
CONTINUACIÓN DOMINGO 20 (3ª PARTE)
Seguí a aquel hombre hasta una habitación a la derecha; Era diferente a los demás habitáculos, ya que no era transparente, por lo que deduje que debería de ser su despacho. El interior del mismo era mas parecido a una biblioteca que a un despacho; Decenas de libros colocados en estanterías recargaban la estancia. Eran tan numerosos que algunos, estaban apilados unos encima de otros, en un delicado equilibrio. En la mesa un pequeño objeto, semejante a una pirámide era la única decoración. De Piers, retiró unos libros de una de las sillas, y se dirigió a mí. - Siéntese, por favor. - Mientras me sentaba, el se acercó a un pequeño minibar, y sacó dos botellitas. Tomó dos vasos que tenía en una pequeña repisa al lado del minibar. - ¿Quiere algo de beber?- dijo, mientras se preparaba algo de beber. - Si es posible, agua. - No hay problema- Dijo mientras sacaba una botella de agua. - Señor Nowland- Dijo tomando asiento en una silla, frente a mí- ¿ Qué conoce acerca del algoritmo Triple Des?. - Básicamente, lo que haya podido publicarse en alguna revista. Es un algoritmo de encriptación de cualquier tipo de información. Sé que se basa en el sistema de codificación simétrico, que opera con bloques de datos de 64 bits. - Así es Sr. Nowland. Pero ¿ qué posibilidades hay de que ese código sé transgreda?. - Pocas, por no decir ninguna. Se necesitaría un ordenador tan potente para poder comprobar 65 mil billones de claves, es decir, querer gastar alrededor de 4 o 5 millones de dólares en una instalación destinada para ello. Y todo eso teniendo en cuenta que la NSA controla y verifica todas las compras de ese tipo. - Pero, ¿ y si el algoritmo tuviera una puerta trasera, introducida por los creadores del algoritmo, de manera que pudieran tener acceso a esa información? - Nadie ha conseguido poner una puerta trasera en un algoritmo. - Pero, ¿ Y si se hubiera conseguido? - Bien, pues tendría el poder de un Dios; acceso a: cuentas bancarias, tarjetas, censo, seguridad social, cualquier información que circulara por Internet... De todas formas no entiendo que tiene que ver esto conmigo. Teóricamente venía a una entrevista, ¿ Es algún tipo de prueba? - No, no se trata de eso. Realmente no hay entrevista ninguna. ¿Imagina a un departamento de recursos humanos trabajar un domingo? Yo no. La cuestión es un poco... más delicada, digamos. ¿ Conoce usted a este hombre?- Dijo enseñándome una foto. - No, ni idea. - ¿ Y a este?- Dijo dejándola caer sobre la mesa. “Dios mío” pensé; era ¡Andrew Mainport!. Dudé por un momento en decir si lo conocía. Me parecía estar dentro de una película barata de cine negro.
